HALCONES

martes, 30 de octubre de 2018

SER GUIA DE UNA GRANDE COMO LAURA PAIPO EN LAS SEIS HORAS DE PISTA


Abril 2018: "me encantaría hacer las 6 horas, pero no tengo con quién, Amparo hace los 6 días"
- yo te acompaño si me enseñas a ser guía.
Y ahí empezó este equipo, primer trote en el Parque Rivera fue horrible, nunca pensé que tenía tantos lomos de burro! Laura se comió pozos, lomos de burro, giros repentinos, porque tiene una guía que no sabe guiar.

Ese día quede mal, convencida que no servía. Un audio me renovó las ganas "yo confío en los ojos que me prestan, gracias por ser mis ojos" y listo, esto no puede ser tan difícil...
El equipo siguió entrenando semana a semana y un día se me ocurrió que Claudia Esteves Ehlert con su sensibilidad y capacidad era la indicada para completar lo que nos faltaba. Y ahí aparece la rubia, se sumó con su inmensa generosidad sin pedir nada a cambio. NADA.

Llegó la primer carrera, una chiquita a beneficio en el parque, me estresaba la gente, pero había poca así que pude manejarlo. Al finalizar recibo un abrazo y un "te recibiste de guía, relajate" y ahí me cuenta Lau que estuve tensionada toda la carrera, quede con el brazo contracturado un par de días. "SOY GUÍA!"
Luego vino la half, primer carrera masiva, largar adelante de la elite, tenía la sensación que nos iban a aplastar cuando nos pasen pero pasamos divino.
A medida que el equipo se consolidaba Laura empezaba a responder al entrenamiento, perdió peso, corre mejor, se sigue quejando, a veces le doy bola, a veces no (en la BBVA le dije que no quería escucharla, que siga, y siguió...y bancó el ritmo que le puse)
Me quedan muchísimas anécdotas de los entrenos compartidos en la rambla, de las tardes en el gim, Laura enseña siempre aún fuera del aula.
Siempre un consejo acertado, una palabra de aliento, incluso cuando perdí el disfrute de correr ella estaba ahí.
Soy muy afortunada e inmensamente agradecida.
Laura hoy tiene la guía más despistada que le ha tocado, mido mal las distancias, tengo problemas con la derecha y la izquierda, pero me dice "yo ya te conozco, si me decís derecha es izquierda". Aprendió a leer los movimientos de mi cuerpo.


27/10/18 5am

Suena la alarma, reviso la página de Justime y nos disponemos a levantarnos sin dar vueltas. Pedimos el taxi a las 6am, así que no había mucho tiempo que perder. Disfruto el amanecer desde el balcón de ese lugar espectacular, soñado, es que Mercedes tiene magia.
Desayunamos lo que habíamos previsto la noche anterior, una ducha y salimos. Vamos por 6hs, esta vez en equipo, esta vez con la presión que las piernas tienen que responder porque no es mi carrera. Laura está ansiosa, nos preguntamos en qué momento paso tan rápido el tiempo... si parece que fue hace tanto que dijimos de hacer 6 horas y ya estamos acá. 6 horas!
Aún no definimos cuanto me tocará correr, pero nos vamos a ir guiando por sensaciones.
Al llegar muchos saludos, muchos abrazos, muchas risas, el ultra es así, somos pocos, y todos hinchamos por todos.
Nos disponemos a largar, Laura me abraza, como siempre antes de cada carrera y soy consciente de la fuerza que tiene esa mujer, más consciente que nunca.
Largamos y la primer vuelta es de reconocimiento del circuito, en la 2da vuelta Laura empieza a correr de memoria y empezó a guiar ella. Yo solo acompañaba el paso, en algún momento me dispuse a cerrar los ojos para disfrutar aún más el canto de los pájaros.
Amparo acompañaba algunas vueltas, nos hablaba de la experiencia de correr 6 días, nos describía no solo el paisaje visible sino también nos hizo un panorama de lo que fue la semana, el paisaje de sensaciones humanas.
Los primeros 10 u 11kms fueron trotando sin parar, y nos desgastó. El circuito tenía 2 repechos y empezó a levantar viento. Cambio de estrategia: caminamos los repechos, trotamos las bajadas.
Laura ya reconocía el paso de Carlita cada vez que nos pasaba, y siempre lo mismo "ahí va Carlita, qué impresionante!", es que la gurisa está haciendo historia una vez más.
Pasadas las 2 horas empecé a notar el desgaste, parada en boxes, cambio de remera, de championes, comemos, hidratamos y a las 2:30hs hacemos el cambio de posta. Sigue con Claudia y noto que mantienen la misma estrategia, caminando las subidas, trotando las bajadas. Las miro, las admiro, soy afortunada de tenerlas en mi vida, son mujeres fuertes.
A las 4:30hs de carrera arranco nuevamente a correr y sabía que me quedaba hasta el final. El desgaste de Laura era mayor, el agotamiento se hacía sentir, no podía levantar los pies y casi tropieza en la alfombra de chips. Acomodamos el cuerpo y seguimos, caminata ágil, paso firme y se puede, siempre se puede.

La última vuelta fue contra reloj, con escoltas de lujo como Amparo y el Curita.
Cruzamos el arco, me abrazo, me emociono y no me permito derrumbarme, no ahí.
Cu
ando la dejo haciéndose masajes y voy a buscarle aceitunas, empiezo a tomar noción de lo que acabamos de hacer. Y lloro como niña, y me lo permito. Mierda, qué mujer fuerte! Y Claudia...sin palabras con la rubia.
En pleno llanto se me acerca Amparo y me da un abrazo de esos lindos, sigo llorando y agradeciendo.
Este es mi equipo, el que elijo mil veces y en el que apoyo siempre.

Por Jennifer Dominguez








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